Estoy seguro que este articulo tendrà un minor numero de visitas, comparado a los otros. Pero, como estos cuentos de ciudades son algo de extremadamente personal y intimo, no puedo cuentar lo que sentì en un idioma diferente dal español en este caso.
Esta vez no es solo una ciudad, son dos ciudades que por mi en mi mente representan a una isla entera.
Cuando el avion llega en Cuba, en el aeropuerto “Josè Marti” en Rancho Boyeros La Habana, la primera cosa que te coje es el calor, tremendo calor con humedad. Y vas a aprender de repente la primera cosa: hay que hacer cola. Cola en la aduana para entrar en la isla, cola en las tiendas, cola en los restaurante, cola pa’ todo los lados.
Pero sabes que es asì, nada cambia. Y recojes la maletas y subes en la primera guagua llena de yumas que va en Varadero.
Sì, le voy a cuentar sobre Cardenas y La Habana, que tienen un estilo parecido, aunque La Habana es otra cosa.
Te despiertas el primer dia, y hay un tremendo ruido, carros que se paran se rompen, vendedores que venden fruta gritando “Aguacate, Mamonsillo”. Gente que logra que vivir por la calle. Por la calle parece una mala palabra, pero todos los cubanos se lanzan a la vida asì. Hay quien vende fruta, quien pan, quien discos de muscia…quien cualquier cosa. Porquè en la tienda no hay bienes suficientes…y hay que hacer cola.
El primer dia te preguntas porquè es asì, el segundo lo aceptas y te pones como “todo el mundo” afuera en un sillon nel balcon a mirar lo que pasa.
Un niño bien vestido con su divisa camina para ir a la escuela, gente que espera un coche para ir por cualquier lado. Un muchacho o una muchacha que vive con el sueño de irse que esta vestido/a mejor que un rapero del norte.
Por la mañana respiras fresco, por el medio dia fuego, por la tarde llueve casi siempre y por la noche es vida. Por cualquier lado o escuchas musica o escuchas las ultimas novelas que llegan por el cable (tv illegal directamente desde Miami).
Cardenas es una ciudad baja, casas de no mas que dos o tres pisos por casi cien mil habitantes. Hay dinero en esta ciudad, Varadero es cerca, pero faltan bienes. Ahì un yuma como yo era una rareza. Pero habia, no mucho, casi todos gente con familia. Porquè Cardenas es una ciudad que vive de trabajo en los Hoteles, y en la noche tremendo cansancio para hacer reguero o fiesta.
En La Habana, si tu eres con cualquier cubano a nadie le importa de ti, si blanco, negro, chino o javado. A meno que tu seas un yuma solo que camina por la ciudad, en este caso una pila de gente te trata de vender tres pesos (moneda nacional), de pedirte un peso. Y no sales de esto, a meno que tu le contestes con un fuerte accento cubano, entonces sì te dejan en paz.
Porquè en La Habana no hay dinero, el dia es demasiado fuerte el sol para buscar algo. Pero hay todos los bienes que faltan en Cardenas.
No le voy a cuentar del Capitolio, del Floridita y de todos estos lugares, nunca hice turismo oficial, y nunca lo hare.
Cuando llegas desde Cardenas (solo dios sabe en que manera, guaguas no hay, solo taxi particulares) pasas debajo del tunel, el tunel bajo el mar que conecta La Habana a su provincia y a la isla.
Y ves el Malecon, y solamente viendolo vas a entender lo que es la verdad de Cuba, un poema que se rompe contra una ola del mar, un cuento de amor con un final triste. Un desafio constante a ritmo de musica, una sonrisa por un mundo que se queda igual a si mismo, y que probablemente nunca va a cambiar. Y su magia te espera todavia ahì, en frente a las piedras del Malecon.